Nuevas investigaciones médicas brindan esperanzas a los pacientes de que los daños causados por los derrames cerebrales no tienen por qué ser permanentes.

El medicamento anticoagulante, tPA cambio las reglas del juego hace 30 años para el tratamiento de las crisis isquémicas.

Este medicamento debía administrarse en las cuatro horas siguientes al ictus.

Sin embargo, en investigaciones más amplias se descubrió que e tPA puede ser útil hasta 10 horas después.

El neurocientífico de la universidad de LSU Nicolas Bazan está trabajando en formas de salvar cerebros hasta ocho y nueve días después de un acv.

“Quizá haya tratamientos experimentales que podamos probar para proteger esa zona y luego poder restaurar la función de esa zona", explico Bazan.

Bazan cree que las moléculas neuroprotectivas descubiertas por su equipo podrían salvar células cerebrales al identificar qué células del cerebro intervienen en la respuesta post-trofeo. 

Bazan dice que encontrar nuevas formas de salvar las células cerebrales ayudará a los pacientes a recuperarse más rápidamente, con menos discapacidad a largo plazo.

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