Más de un millón de personas podrían ser afectadas cada año de forma directa e indirectamente en todo el Valle del Río Grande por las inundaciones asociadas a desarrollos ciclónicos durante la temporada de huracanes. 

En los últimos años, las inundaciones ocurridas durante las temporadas ciclónicas del 2018 al 2020. Con relación a los huracanes y sus impactos, han marcado un antes y un después en la vida de muchas familias que viven en el Valle.

Estos fenómenos meteorológicos se desarrollan entre los meses de junio a noviembre. 

El más reciente ocurrió en julio del 2020, con el paso del Huracán Hanna.

Fue el primer desarrollo ciclónico en el océano Atlántico de esa temporada que causó inundaciones repentinas en todo el Sur de Texas.

Algunas de las más graves abarcaron desde el Puerto Mansfield hasta el Suroeste de Harlingen debido a los acumulados de lluvia de entre 8 y 15 pulgadas.

Los daños causados por el huracán categoría 1 causó daños y pérdidas que supero los más de 366 millones de dólares en el Valle.

Y aunque muchas veces asumimos que la zona costera es la única área propensa a los mayores impactos, la realidad es que el riesgo existe desde el Alto al Bajo Valle. 

Durante la Gran Inundación de Junio del 201-8 un sistema de baja presión provocó una serie de tormentas.

El condado Hidalgo enfrentó una de sus mayores inundaciones, con acumulados de lluvia de entre 12 y 18 pulgadas en McAllen y Mission, y de entre 16 y 18 pulgadas en Weslaco y Mercedes.

Estos acumulados de lluvia rompieron los récords registrados desde el impacto del huracán Dolly e incluso durante el huracán Harvey.

Esto se repitió en el 20-19 con menor intensidad, esta vez por tormentas severas.

Raymondville fue el área más afectada con al menos 9.7 pulgadas de lluvia.

Algo muy interesante de remarcar, es que gran parte de los episodios de inundación registrados en el Valle del Río Grande han sido consecuencia de eventos de Tiempo Severo o efectos secundarios adyacentes a desarrollos ciclónicos cercanos, por lo que no siempre han sido provocados por un impacto directo a nuestra región; y aunque la mayoría de los daños podrían haber sido directamente suscitados por los fenómenos meteorológicos de gran intensidad, cabe remarcar que algunos efectos fueron más devastadores debido a la carencia de infraestructura, la poca preparación de la población y la falta de herramientas de mitigación con las que se contaban en ese entonces. 

El Valle del Río Grande es una región que es propensa a ser afectada no sólo por el impacto de estos fenómenos.

Si no también por los efectos que podrían surgir a raíz de estos.

Algunas recomendaciones de seguridad son:

-Tenga una mochila con artículos de primera necesidad en un área de fácil acceso; con linterna, baterías, cargadores, agua potable, comida enlatada y documentos importantes.

-Localizar las áreas de seguridad en su hogar o en su trabajo en caso de inundación.

-Tenga información a la mano de un refugio cerca de su casa

-Estar atento al pronóstico del tiempo.

Durante la temporada de lluvias, debe estar al tanto de las condiciones del tiempo desde fuentes confiables.

Esto le permitirá estar atento a los avisos emitidos por el Servicio Nacional de Meteorología sobre el desarrollo de los fenómenos meteorológicos que podrían provocar un potencial peligro de inundaciones repentinas. 

Actuar rápido y usar las herramientas tecnológicas pueden ayudar durante estos momentos.

Si usted se encuentra en un área que se inunda y se percata que por más de 4 horas continuas está lloviendo con intensidad.

Busque algún medio de información para conocer el Estado del Tiempo y de ser necesario, tome acción y muévase de inmediato a terreno más alto o una zona de seguridad cercana.

Evite estar en contacto con las corrientes de agua durante una inundación.

Podría ser arrastrado y quedar atrapado por una corriente y hasta sufrir una descarga eléctrica. 

Evite el contacto directo con las aguas residuales ya que estas podrían estar contaminadas. 

Durante la temporada de huracanes, recuerde que hay maneras de salvaguardar nuestra vida, proteger a nuestros seres amados y los bienes materiales.