La planta que trata las aguas residuales está en mantenimiento, y aunque esto sean buenas noticias, el problema es el fuerte olor que con los vientos se traslada a diversos sectores de la comunidad.

Lo peor, es que el olor podría durar semanas, antes de que desaparezca.

Cuando Weslaco no era tan grande esta planta de tratamiento de aguas residuales estaba en la frontera de la ciudad, pero ahora, varias familias viven cerca a la planta, tras el aumento de su población, por lo que cualquier olor que provenga de la planta, le llega a más personas.

Esperanza Maldonado vive a media milla, al noroeste y en la mayoría de los días, el viento prevalente envía el olor hacia ella, justo al oeste, en la gasolinera.

La semana pasada, más personas experimentaron ese hedor.

La causa es que la planta de tratamiento de aguas residuales del norte de Weslaco está en mantenimiento.

"Tuvimos que drenarlo, arreglar todos los depósitos que están allí. Por eso sale el olor, porque está drenado. no hay agua allí", agrega Adrián González, alcalde de Weslaco.

La ciudad está reemplazando las tuberías que entregan oxígeno a los tanques, lo que permite que las bacterias se descompongan los residuos orgánicos, algo que no terminará en un par de días.

El alcalde Adrián González dice que el ayuntamiento ha recibido muchas llamadas telefónicas sobre el mal olor, y sus habitantes espera que el mantenimiento se termine pronto.