Según Stanford Medicine, unos 100 niños mueren y más de un cuarto de millón resultan heridos en accidentes relacionados con bicicletas cada año en los Estados Unidos. 

Los cascos pueden ayudar a protegerlos contra lesiones cerebrales serias. Sin embargo, para eso tienen que estar bien colocados.

Los centros para el control y la prevención de enfermedades aconsejan buscar uno con etiquetas que tengan la fecha de fabricación. Esto es útil si el casco fue retirado del mercado. 

También debería tener una etiqueta que diga que está certificado por la comisión de seguridad de productos de Estados Unidos. 

Si compra un casco usado, asegúrese de que no esté roto, rayado o quebrado. 

“Solo funcionan para un golpe, así que cuando se hunde, es hora de comprar uno nuevo", según el pediatra Richard So de la Clínica Cleveland, agregando que el casco también debe encajar de manera adecuada, y no debe quedar demasiado atrás sobre la cabeza del niño. 

“El casco debe estar puesto y la punta debería estar al menos uno o dos dedos encima de las cejas, y no debería moverse una pulgada hacia adelante o atrás o a los lados", comentó So.

So dice que la tira de la quijada debe quedar justa con suficiente espacio para un dedo. 

Agrega que los padres deben dar buenos ejemplos y también usar sus cascos. 

“Sin casco no hay bicicleta,” consejo So. “Pienso que esa regla debería estar en todos los hogares".

Los expertos de salud también dicen que los cascos deben guardarse en un lugar que no sea demasiado caluroso o frío y que no esté bajo sol directo.