Stacey Zvokel suele hacer algo tan sencillo como pasear a sus perros, actividad que no podía realizar fácilmente hace unos años.

"Me quedo sin aliento cuando subo y bajo las escaleras", dijo Stacey Zvokel.

Stacey nació con una válvula aórtica bicúspide. La válvula aórtica de Stacey tenía dos aletas en lugar de tres, lo que creo una dificultad para que su corazón bombeara sangre al cuerpo.

"Tuve un bloqueo significativo donde no entraba el flujo de sangre, lo que me puso en riesgo de insuficiencia cardíaca", agregó Zvokel, quien necesitaba un reemplazo de la válvula aórtica.

"Stacey encaja perfectamente en la categoría de Ross porque es una mujer joven y activa que no quiere estar en ningún tipo de coagulación y quiere vivir mucho tiempo", expresó William Brinkman, cirujano cardiotorácico de The Heart Hospital Plano en Texas. 

El cirujano cardiotorácico, William Brinkman, dijo que es la única operación que reemplaza la válvula aórtica con tejido del propio paciente.

"Básicamente, estamos tomando su válvula pulmonar y moviéndola hacia donde estaba la válvula aórtica. La belleza del procedimiento de Ross es que es el único reemplazo de válvula aórtica en el que tiene su propio tejido vivo que todavía funciona como una válvula", añadió.

Los estudios muestran que el procedimiento de Ross tiene un menor riesgo de ACV o formación de coágulos y tiene mejores resultados a largo plazo en comparación con el reemplazo convencional de la válvula aórtica.

"Es el único reemplazo de válvula con una supervivencia a largo plazo paralela a la supervivencia de la población estadounidense promedio, lo cual es notable", comentó Brinkman. 

Ross salvó el corazón de Stacey y cambió su vida.

El paciente ideal para el procedimiento de Ross está en forma y es menor de 50 años. Las otras opciones para el reemplazo de la válvula aórtica es una válvula mecánica, que requiere anticoagulantes de por vida, o reemplazar la válvula con una válvula de base vaca o de cerdo, pero tienden a desgastarse entre 10 a 15 años.