Sus cuerpos aún se están desarrollando, dependen de otros, y carecen de control sobre su entorno.

Por eso los niños pequeños son especialmente vulnerables.

“Los bebés, la mayoría de sus vacunas no comienzan hasta después de los seis meses, por lo que en ese período neonatal, queremos asegurarnos de que realmente estamos ayudando a mantener ese tipo de burbuja de seguridad alrededor del bebé cuando su sistema inmunológico es realmente débildra”, explico la Dra. Kisha Davis, miembro de la junta directiva de la academia americana de médicos de familia.

Davis dice que hay que reducir la exposición a los gérmenes con tres métodos de limpieza en casa, limpiar las superficies de uso frecuente con agua y jabón, y desinfectar regularmente.

Davis dice que usar una solución limpiadora o spray puede matar la mayoría de las bacterias y virus.

También deberías desinfectar una o dos veces cada dos semanas con lejía o alcohol.

“Quieres asegurarte de que vuelves sobre él y lo limpias, con un poco de jabón y agua para que no estén ingiriendo accidentalmente lejía, o alguno de esos otros productos químicos que podrías haber utilizado para limpiar”, según Davis.

Davis dice para librar los hogares de los peligros visibles que puedan tentar a un niño pequeño — o a un bebé que gatea — que pueden ser cosas como enchufes eléctricos, rejillas de ventilación donde los dedos pueden quedar atrapados, o pequeños objetos en el suelo, que pueden acabar en la boca.

También recomienda guardar bajo llave los productos de limpieza en los armarios y los objetos potencialmente peligrosos, como las bolsitas para la colada en un lugar donde las manos pequeñas no puedan entrar.

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