En temas de salud, los órganos vitales trabajan en conjunto para mantener el cuerpo sano. Cuando uno de estos no está funcionando correctamente, puede tener un impacto negativo en el otro, lo que lleva a más complicaciones de salud.

El corazón y los riñones trabajan juntos, 24 horas al día, para mantener una salud adecuada. El corazón  promedio bombea dos mil galones de sangre por día y los riñones filtran alrededor de 52 galones cada día.

"El riñón realiza dos funciones principales. Una es limpiar las toxinas que se acumulan en el cuerpo, así como el líquido que se acumula en el cuerpo y deshacerse de ellos", comentó T. Alp Ikizler, profesor de medicina y director de la División de Nefrología e Hipertensión del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.

El corazón bombea esa sangre y la limpia por todo el cuerpo. Pero para muchas personas, ese ciclo se interrumpe.

"La enfermedad renal es un problema de salud muy importante", indicó T. Alp Ikizler.

De acuerdo con la Fundación Nacional del Riñón, alrededor del 14 por ciento de los estadounidenses tienen enfermedad renal. Y cerca del 90 por ciento de ellos puede no saberlo hasta que está muy avanzada.

Cuando los riñones no funcionan correctamente, las toxinas y el agua permanecen en la sangre. Eso, a su vez, obliga al corazón a trabajar demasiado, aumentando el riesgo de enfermedades del corazón.

"Por supuesto que la gente se pone enferma. Por supuesto que eso crea estrés cardíaco. Por supuesto que eso provoca daños cardíacos", aseguró Guillermo H. Fissell, médico asociado y profesor del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.

Los expertos en salud dicen que va en ambos sentidos. Tener una enfermedad cardiaca puede afectar a la función renal. Los médicos dicen que la detección precoz es clave. Tratar y controlar una enfermedad podría ayudar a prevenir el desarrollo de la otra.

Las cardiopatías y las enfermedades renales tienen factores de riesgo comunes, como la diabetes y la hipertensión.