En las últimas dos semanas, las salas de urgencias en el Valle de Texas han estado a su máxima capacidad.

Pero aunque los hospitales están habilitando más camas, muchas veces no hay suficiente personal médico.

"Yo ni me acuerdo cuándo fue la última vez que tuvimos que enviar pacientes a otras salas de urgencias por falta de camas," dijo Cris Rivera, presidenta del Hospital Río Grande Regional.

Leslie Bingham, presidenta del los Hospitales Valley Baptist se disculpó esta semana por las largas demoras en sus salas de urgencias. Muchas personas se han ido sin ser atendidas por un médico.

"La cantidad de camas disponibles en un hospital cambia todos los días y a cada hora," dijo Hillary Watt, la coordinadora regional de emergencias médicas para el sur de Texas.

Según Watt, cada minuto que pasa, los hospitales reciben más pacientes con COVID-19, poniendo en riesgo a otros pacientes buscando atención médica por otras urgencias médicas.

"Nuestra labor es asegurarnos que cada cama tenga personal médico para incrementar la capacidad de los hospitales," dijo Watt.

Según el Departamento Estatal de Servicios de Salud, ellos han enviado a enfermeros, terapeutas respiratorios, auxiliares de enfermería y farmaceutas al valle de Texas.

Todos han sido contratados a través de la organización no gubernamental BCFS, la misma que estuvo encargada del centro de detención para migrantes no acompañados en Tornillo, TX, cerca de la frontera y El Paso.

"Poco a poco los negocios volvieron abrir sus puertas, y todo el mundo peso que regresamos a la normalidad. Y no, no hemos regresado a la normalidad," dijo Watt.